Autor: Samuel Alatorre Ramos
Geógrafo y fundador de GEOSITER.
Editor: José A. Sánchez
Introducción
Esta es la primera parte de una serie de reflexiones relacionadas con los procesos de licitación para la realización de proyectos de ciencias espaciales a instituciones públicas, por ejemplo Atlas de Riesgos, Programas de Ordenamiento Territorial o Planes Parciales y con el ejercicio de ser un consultor ambiental.
Lo que se comentará a continuación, contiene conclusiones de 10 años de trabajo como consultor ambiental privado en el ramo de la geografía y, sobre todo, se centra en hechos ocurridos desde finales del 2022 a raíz del concurso para la Actualización del Atlas de Riesgos Estatal de Jalisco.
Reconocemos que estas ideas pasaron bastante tiempo en un tintero pues sopesábamos la decisión de hacer pública una realidad en la que es necesario hablar con honestidad y señalar gente corrupta en los distintos niveles de gobierno. Como consultor, se sobrevienen pesadillas sobre quedar marcado en una lista negra de boletinados.
Por fortuna, esta vez, la gente corrupta solo se preocupa por sí misma, por lo que dedujimos, estaremos fuera de su radar. Y si es que estos textos llegaran a afectarlos, sea porque justamente el pueblo comenzó su legítimo reclamos por tener funcionarios responsables, trabajadores y educados.
"Solo la verdad los hará libres" Juan 8:32
La realidad mexicana...
Al menos del
consultor privado, es lidiar con la burocracia sardónica, la corruptela y
la ineficiencia de funcionarios públicos ignorantes y arrogantes. Este enunciado que engloba el nivel
de frustración que sentimos como empresa, producto
del ambiente que permea en el medio y de una serie de sucesos que acontecieron
en un espacio de unos pocos meses. No obstante, vayamos por partes.
En el rubro en que nos desempeñamos a nivel del sector privado, existe bastante competencia, estando dominado en su mayoría por compadrazgos y mafias, en donde proyectos que deberían tratarse como estudios técnico/científicos que mitiguen o eliminen los daños ambientales que supone la expansión de las actividades humanas, se relegan a trámites con propósitos recaudatorios, que se solicitan exclusivamente para poder cobrar al constructor una tarifa que llega a las arcas gubernamentales, descuidando así el contenido y calidad del estudio.
Ejemplo de ello son los Estudios de Impacto Ambiental, desempeñados primordialmente por Urbanistas, Arquitectos e Ingenieros civiles – incluso me ha tocado ver algunos que han sido elaborados por Abogados o Psicólogos -- profesionistas que a toda regla, carecen del conocimiento y perfil integrador requerido para un análisis holístico del territorio. A los Directores Municipales de Ambiente y Territorio, les basta con simplemente ver rellenado un guion preestablecido con las características medioambientales genéricas del lugar de emplazamiento del proyecto inmobiliario.
Es común que de estas mismas oficinas se "recomienden" consultoras que lo hacen en un par de semanas a un precio ridículo. La calidad de estos estudios está por debajo de lo que haría cualquier estudiante de secundaria sin conocimiento del tema, pero como son de las consultoras externas de los mismos funcionarios, se valen de su poder para dar el visto bueno y permitir que el desarrollador gandalla y avaricioso continúe con su proyecto.
A su vez, esto genera una competencia negativa en el negocio, ya que, al no considerarse la utilidad real de estos
trabajos, el constructor o desarrollador, pretendiendo economizar lo más posible en un estudio
que no le va a dar uso para absolutamente nada, busca a quien lo elabore por una
cantidad mínima y en un tiempo muy reducido, factores completamente inadecuados
para los que sí pretenden desarrollar la investigación como es debido, abonando así a la degradación
de la calidad de sus contenidos.
Por su parte, en el sector
público la competencia es relativamente escasa, pero al tratarse de otros proyectos
de cierto renombre, acompañados de sumas de dinero bastante superiores, existen
algunos agentes empeñados en usar artimañas de nula ética profesional para
hacerse de un nicho en el mercado que les permita incluso ejercer prácticas
monopolistas cuyos resultados son como las fichas genéricas: memorias técnicas rellenas de datos basura pero que dan el gatazo al ojo no educado en términos espaciales.
Hace algunos meses se habló en el Departamento Académico de Geografía en la Universidad de Guadalajara, acerca de que la falta de presencia en nichos de mercado y la ausencia de reconocimiento profesional es un obstáculo generalizado, y como tal afecta a cualquier profesión, excluyendo a aquellas que son indispensables en la sociedad, como los médicos.
Si bien, el geógrafo no tiene
el nivel de prestigio social que un profesional de la medicina, se puede
argumentar que, si ejerce como es debido, es un “médico” del espacio, y por
tanto indispensable para la sociedad, sobre todo en un mundo tan dinámico y
globalizado, donde el espacio es, en esencia, un lujo. Qué pena que se piense
tan poca cosa de la disciplina a la que pertenecen y bajo la que están formando
nuevos elementos, y se haga aún menos por rescatarla.
"el espacio es, en esencia un lujo"
Samuel Alatorre
Al esgrimir la premisa de que el geógrafo no es indispensable en la sociedad, por paradigmas tradicionalistas más que otra cosa, se denota una visión del Departamento de corte conformista o hasta derrotista; asimismo, explica sobremanera la pérdida de su nicho como ordenador y analista del territorio por otras profesiones que, en teoría, están menos calificadas para ejercer en los círculos laborales o actividades de nuestra supuesta especialización, estableciéndose así como una pobre excusa para justificar la pérdida de campos laborales de nuestra competencia, y uno de los principales motivos del decaimiento de la Licenciatura. El hecho de tener 43 años de existencia como carrera, habla más de la falta de sapiencia al momento de asignar recurso público a una Licenciatura muy poco conocida, que de los logros alcanzados para justificar ese periodo de relativa longevidad, siendo estos objetivamente escasos en fechas recientes.
Aunque aun existe cierta demanda
de geógrafos, es dentro del ámbito de la docencia en los niveles básico e
intermedio (secundaria y bachillerato) como profesores de asignatura; así como
en algunas dependencias de gobierno como cartógrafos o técnicos empedernidos.
Pero es muy poco común el geógrafo que alcanza algo más allá de lo anterior,
como el emprender, debido posiblemente a la falta de tal cultura en la
idiosincrasia del profesionista promedio; quienes, desde que son alumnos, se les
inculca que el éxito se obtiene al conseguir un trabajo como empleado y a evitar
que se les despida para poder seguir cobrando la proverbial quincena.
Si uno se repasa los nombres de los "geógrafos" que al alcanzado plazas en instituciones estatales, como la de Proyección Civil y Bomberos de Jalisco o en la SEMADET, la mayoría llegaron a esa silla por ser mediocres sumisos más concentrados en aferrarse al capo del momento que en aportar algo bueno al mundo.
Con lo anterior, se contextualiza
un escenario que se puede describir hasta lúgubre para la práctica geográfica, y quizá del científico en general, en el ámbito del profesionista independiente, específicamente el consultor
privado.
Respecto a las licitaciones públicas, a nivel Estatal, el gobierno incentiva el uso de la CompraNet, una de las principales plataformas para licitar a nivel nacional, especialmente importante en el rubro que compete a este escrito, ya que hace presumía de que se abrirían los concursos para más de 100 instrumentos de planeación.
La primera tragedia comienza en cuanto el usuario intenta ingresar, se hace evidente una serie de dificultades, no para resultar adjudicado, sino para poder siquiera concursar: los tiempos para licitar coinciden con los periodos vacacionales de los burócratas, lo que puede explicar su falta de respuesta al momento de darle continuidad al proceso de registro (indispensable para poder ingresar a licitar), dificultando el ya de por si recortado tiempo para ingresar la documentación requerida.
Una vez se supera, el portal arroja un el mensaje donde se indica que para concluir el registro había que
esperara la asignación de un número de registro, el cual, según el propio sitio, tardaba cuando mucho 8 días posterior al registro.
Al no recibir nada por parte
de CompraNet, escribí a la dirección que
se muestra en las preguntas frecuentes. A lo que contestaron con información inútil. Respondí
recalcando que ya me había registrado, pero que no se le había dado continuidad
a mi proceso y ya habían transcurrido más de los 8 días, me volvieron a
contestar a los 2 días, ahora sí con otros pasos a seguir, pero después de todo
este vaivén y los 8 días de espera, el tiempo para ingresar mis propuestas a
las licitaciones que me interesaban fue extremadamente corto.
Por si esto fuera poco, el número
de procedimiento (un código alfanumérico que supongo representa el fundamento
legal para las partidas presupuestales que se le asignan a los proyectos) en su
publicidad de redes sociales está erróneo, tiene el usuario que inferir cuál es
en base al contexto de otros números de procedimiento. Asimismo, a nivel
personal, no encontré su buscador nada intuitivo. Como suele ocurrir, no dudo
que exista quien venga a contradecir estos argumentos diciendo que no tuvo
ningún problema aunque esto será más la excepción
que la regla, tratándose, lo más probable, de algún veteranazo de la plataforma
y de estos procesos burocráticos, y sí, un corrupto de primera.
Publicación del portal de Facebook de SEDATU, 24 de marzo de 2023.
Además, refiriendo la coherencia de sus contenidos, de los 123 instrumentos de planeación que anuncia su publicidad como oferta para licitar, por algún motivo casi todos son Planes Municipales de Desarrollo (PMDU) ¿cómo y quién decidió que este tipo de proyectos eran los más urgentes o demandados?
Esto retrata el nivel de ignorancia por parte de los burócratas. Un eslabonamiento real hubiera arrojado que existe una carencia generalizada a nivel nacional de instrumentos que por lógica se realizan antes, como los Ordenamientos Ecológicos o los Atlas de Riesgos (tal forma de proceder obedece a que, hablando de planeación territorial, se debe ir de lo general/regional a lo particular/local), y por ende, no es lo idóneo desarrollar tantos PMDUs sin contar con el contexto de planeación que otorgan los aludidos Ordenamientos y Atlas.
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